TOLKIEN Y EL EFECTO MARIPOSA
O cómo Los Anillos de Poder dinamita el linaje de los elfos y los hombres en apenas 7 minutos de episodio
Este post es para muy cafeteros, así que espero que os encontréis bien apoltronados en vuestra taza de váter favorita para pasar unos minutos cagando en nombre de JD Payne y Patrick McKay. Una libación gastrointestinal en honor a estos dos carroñeros.
Esta noche me he propuesto rescatar una de mis curiosidades favoritas del capítulo piloto de la primera temporada de Los Anillos de Poder. Y es que, en apenas los primeros siete minutos, la serie logra borrar cualquier rastro de Númenor y de Elrond de su propia historia. Bueno… al menos en la teoría, pues como sabréis, la serie sigue su propio curso y poco o nada tiene que ver con los textos de Tolkien.
El episodio arranca con “Galadriel” poniéndonos en contexto: nos cuenta cómo Morgoth, el vala oscuro, sembró el caos y la destrucción en la Tierra Media durante la Primera Edad del Sol hasta que, finalmente, le dieron pasaporte al final de dicha Edad. Pero, claro, su siervo más leal, Sauron, no solo sobrevivió, sino que siguió con el negocio familiar del mal. Aquí es donde entra en escena Finrod Felagund, que se lanza en una épica misión para acabar con él. Solo que hay un pequeño problema: Sauron es más rápido, lo encuentra primero… y lo pela en combate.
Y he aquí el gran problema. Finrod es un personaje central en El Silmarillion, de capital importancia para todos los eventos que se desarrollan a raíz de los acontecimientos de la Primera Edad. Es un elfo legendario, príncipe Noldor, hijo de Finarfin, hermano mayor de Galadriel y rey y fundador de Nargothrond. Muy conocido por su sabiduría y por ser muy amigo de sus amigos, es la primera ficha de dominó en una cadena de eventos que, como un auténtico efecto mariposa, terminará resonando hasta llegar a la descendencia del mismo Aragorn.
En Los Anillos de Poder, su personaje es meramente un mcguffin que sirve de excusa para avanzar la trama de “Galadriel” y darle una motivación creíble para cazar a Sauron. En El Silmarillion, si bien es cierto que Finrod termina muriendo, este lo hace antes de la caída de Morgoth. Y es en este punto donde empieza el sinsentido.
Qué ocurrió realmente
Durante sus viajes a lo largo y ancho de Beleriand, Finrod fue el primer elfo en entrar en contacto con la raza de los hombres. Fue entonces cuando entabló una gran amistad con la Casa de Bëor, un linaje humano del que más adelante descenderán los reyes de Gondor en una eugenesia de la hostia. Como buen amigo, ayudó a los hombres a establecerse en Beleriand, lo que fortaleció la alianza entre ambas razas.
Y para que os deis cuenta de lo minucioso que era Tolkien con su universo, el príncipe elfo le entregó a Barahir, descendiente de Bëor, un anillo con dos serpientes entrelazadas, cada una con una esmeralda por ojos, en señal de gratitud por salvarle la vida en la Dagor Bragollach (el asedio a la fortaleza de Morgoth). Este anillo se convirtió en una reliquia de la Casa de Isildur, pasando de generación en generación hasta llegar a Aragorn. En la trilogía de Peter Jackson, se puede ver a Viggo Mortensen llevando el anillo en su índice.
Años más tarde, Finrod jugaría un papel crucial en el romance de Beren y Lúthien, lo que terminaría por desencadenar su trágico final. Beren, hijo de Barahir y descendiente de Bëor, acudió a Nargothrond en busca de ayuda para cumplir una misión: recuperar un Silmaril de la corona de Morgoth y así poder tomar la mano de su amada, Lúthien, una princesa elfa. El pueblo de Finrod se negó a apoyarlo en esta empresa, por lo que, atendiendo a su juramento de amistad con la Casa de Bëor, renunció a su corona y partió con Beren.
Sin embargo, durante dicha misión, el elfo y sus compañeros humanos fueron capturados por Sauron y encerrados en las mazmorras de Tol-in-Gaurhoth, la Isla de los Licántropos. Fortaleza que, curiosamente, había sido construida en su origen por el propio Finrod en mitad del río Sirion antes de que fuera conquistada por el Señor Oscuro. Allí, uno por uno, todos los miembros de la misión perecieron asesinados por los lobos de Sauron.
Cuando le llegó el turno a Beren, Finrod rompió sus cadenas y sacrificándose por su amigo, luchó contra el licántropo mano a mano hasta matarlo, resultando mortalmente herido. Habiendo mantenido su juramento, murió en los brazos de Beren en la oscuridad de la prisión. Más tarde, Beren sería rescatado gracias a Lúthien, esta vencería a Sauron y ambos lograrían llegar a Angband para arrancar uno de los Silmarils de la corona de Morgoth.
Por lo que, sin la intervención de Finrod, Beren habría muerto en las mazmorras de Sauron y la recuperación del Silmaril, una hazaña que eventualmente desafiaría el poder de Morgoth, no habría sido posible. Y lo que es más importante, gracias a Finrod, Beren pudo unirse a Lúthien.
De esta unión nacería Dior y de Dior, Elwing. Y llegados a este punto, las piezas empiezan a encajar. De la unión entre Elwing y Eärendil, nacieron dos hijos gemelos: Elrond y Elros, piedras angulares para los acontecimientos de la Segunda Edad. Tras la caída de Morgoth al finalizar la Guerra de la Cólera, Maglor y Maedhros, hijos de Fëanor, que habían jurado recuperar los Silmarils a toda costa, atacaron el hogar donde se refugiaba Elwing y donde se encontraba el Silmaril que había heredado de Dior. Hubo una batalla, murieron muchos elfos, Elwing se arrojó al mar en un acto desesperado, bla, bla, bla… y sus hijos, Elrond y Elros, fueron capturados por Maglor, quien se apiadó de ellos y los crio como a sus hijos.
Un puñado de años más tarde, al finalizar la Primera Edad, los Valar ofrecieron a los gemelos la opción de elegir entre seguir viviendo como elfos inmortales o como hombres mortales, decisión alentada por su linaje único, pues eran descendientes tanto de hombres como de elfos y por lo tanto pertenecían a ambas razas. Elrond eligió la inmortalidad; Elros eligió el destino de los hombres y aceptó una vida mortal.
Más adelante, Elros fundaría la Isla de Númenor como su primer monarca, un reino de hombres bendecido con larga vida por los Valar. Gobernó durante 410 años antes de morir. Su linaje, a su vez, se propagó a lo largo de los reyes numenoreanos hasta llegar a Isildur y su descendiente directo en la Tercera Edad, Aragorn.
Elrond, por su lado, permaneció en la Tierra Media y se convirtió en un líder sabio y poderoso entre los elfos. Durante la Segunda y Tercera Edad, fundó y gobernó Rivendell. Tuvo tres hijos, Elladan, Elrohir y Arwen. Arwen se casó con Aragorn, uniendo nuevamente los linajes de elfos y hombres. Finalmente, Eldarion, hijo de Aragorn, cierra en su persona las dos líneas de sangre que una vez convergieron en Elrond y Elros, descendientes de Beren. Un linaje que no habría existido si Finrod no se hubiese sacrificado para salvarle la vida.
Así que, como en Los Anillos de Poder Finrod muere en su cruzada personal contra Sauron, nunca llega a unirse a la legendaria misión de Beren para arrebatarle el Silmaril a Morgoth. Y, por supuesto, esto significa que Beren jamás es rescatado por Finrod en las mazmorras de Sauron, cambiando por completo el curso de la historia de la Tierra Media, evitando el nacimiento de Elrond y Elros y, en consecuencia, la fundación del reino de Númenor. Tolkien conformó una genealogía que entrelazaba elfos y humanos para poder contar SU historia al milímetro.
Y hasta aquí el post de hoy. Sin duda, hay infinidad de diferencias que alejan la serie del canon y que, por lo tanto, la convierten en un producto totalmente ajeno al autor y al título de El Señor de los Anillos. Este ha sido solo un ejemplo que nos muestra que una pequeña alteración puede tener un significado mucho mayor si echamos un par de pasos hacia atrás y contemplamos el cuadro final en su totalidad.
Tolkien dejó escrito que los acantilados no pueden matar a los elfos.
Celeborn fue a por tabaco...Galadriel no tiene descendencia porque no hay quien la aguante...Elrond besa a Galadriel...Arwen tampoco existe...desaparece El Señor de los Anillos. Gracias Amazon.